viernes, 26 de diciembre de 2008

CONTINUACIÓN

La parálisis, parálisis, isisss . . . son tantos los meollos, oyos , ollo, de este abismo de mi misma que la palabra me resuena como esos ríos que no se detienen en el cerebro vacío de espasmos.

Me detengo a respirar recuerdos que no me pertenecen a sentir historias ajenas a lo que soy, inmóvil y distante, como una mera observadora de esa ironía en que se han envuelto estos pasos frágiles…

Aún despierto y mi rostro se desconfigura a un lápiz que no escribe, quisiera ser todo aquello que en líneas sueños, pero me detengo a respirar mi peso, pero me envuelvo en esa aroma de la distancia y entonces converjo a esa nada que nace aún de mi inocencia.

No hay comentarios: