domingo, 4 de julio de 2010

Mi nombre carcasa de opodromos fluye inerte a mi cuerpo desnudo, tínteles y salvias le recorren con amparo de noches húmedas en tus labios, busco como inerte tu refugio acariciando la inocencia de tu abismo, y tu nombre se hace llama en la lengua, entonces beso tu recuerdo mientras, mis dedos dibujan como aire tu cuerpo. Gimo trémula mi abismo, flácida de palabra, llore garabatos en mi boca como letra de dadivas en hoyos, cascadas de lirios y fútiles antropoides de piernas, grito ciega en estrellas de ojos idos de mi cuerpo, busco nersia la palabra que llegue a tu oído.