sábado, 13 de diciembre de 2008

Continuación, capítulo 8

CAPÍTULO 8



.Mis pechos ansiososde caricias perpetuasrasguñan los recuerdoscon besos atascadosy robadosal tiempo.Son enérgicas las frases que nacen del alma, la ausencia me decae en instantes, pareciese que la vida me renegara el vientre.Siento en las piernas una decadencia, como en el corazón un nombre que no se borra.Tengo palabras atragantadas en la memoria, atascadas, atormentadas, recluidas y una femineidad obsoleta.Ya casi no tengo que ir a terapias, confundo esta parálisis no tan solo con el alma, sino con aquellas circunstancias ganadas, observo una figura casi extinguida, ya casi ni siquiera recuerdo mi propio nombre.… Prefiero soñar historias ajenas con otro nombre y con otro cuerpo …


CAPÍTULO 9.


Se me duermen las piernas, los brazos hasta la alegría, he pasado casi tres meses encerrada en este cuarto de hospital.Estoy en una especie de jaula, con ruedas, ni siquiera los ojos pareciesen que fuesen míos.--Aún no logro recordar …

CAPÍTULO 10.

He pasado años encerrada en esta jaula, creyendo que algún día vendrán a recatarnos.Sanrael aún mantiene los ojos caídos, y la cara destrozada, hace días no probamos bocado, no tengo ganas de seguir bailando.El color blanco no era su predilecto, aparecía cuando lloraba en solitario.Deliraba, la fiebre era muy alta, tenia premoniciones de una gran batalla, Sanrael consiguió traspasar su jaula para socorrerla junto al momento que le dio un preinfarto que casi la mató. Su cuerpo quedo inmóvil, casi no respiraba. Unto su cuerpo con una especie de ungüento verde que hizo, según las instrucciones naturalistas que había aprendido con los indios del norte de África.La fiebre ceso, apenas pudo su esqueleto se sostuvo para una nueva amenaza de vida y de muerte.Bailo hasta caer desmayada, fue encerrada nuevamente y encadenada de pies y manos.Sanrael no pudo socorrerla, lo inyectaron y quedo sedado.Un nuevo inquilino ocupó su lugar.Sus ojos estaban vendados, el dolor de las amarras era insoportable, tenía el cuerpo orado con todas las inyecciones que la drogaban.Usaban el recuerdo para entretener el paso del tiempo, analizaba las historias y los pasadizos buscando una estrategia para escapar …

--- Insisto en encontrar respuestas que agotan el morado de mis piernas. Tengo esferas azules en cada una de las puntas de mi estructura, me guían el paso de esta invisibilidad, pero me siento débil, necesito comer, pero no quiero volver a bailar desnuda. Venían hombres a mirar mi esqueleto, no solo intentaban tocarme, me insultaban y de paso sacaban su miembro erecto para abalanzármelo en el rostro, con deposiciones y orines. Aún ardía en fiebre, cuando con amarras hicieron que saliera a la calle, para ser vendida a un japonés, iba vestida con harapos casi no veía, el cuerpo me pesaba y la mala comida arqueaba el sediento túnel de marginados. Extrañaba mi arte predilecto, perseguir y evaporar demonios que regresen a su cetro.

-- Tenía el don de adelantarse al tiempo en sueños, predecía acontecimientos futuros y con ellos viajaban al pasado en momentos de trance. Mi imagen se ve difusa, estoy parada en el andamio, sujeta a las barreras del soporte, delante de mí hay una mujer, desconozco su procedencia, no es muy alta, ella solo me observa fijamente, su rostro es serio, demasiado a mi parecer, algo de mí se escapa hacia su semblante enjuto.

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