sábado, 13 de diciembre de 2008

Cerca de mi piel.

CERCA DE PIEL.
28 de julio hrs: 11:41CAPÍTULO 1.

Recorrí tu cuerpo desnudo con mi lengua, acariciándote la piel desnuda. Recorrí tu pierna Con la mía mezclando sin sabores, historias arrastradas y compartidas…Son tantos las palabras que te escrito que parece que el aire se las come, quede extasiada de cada una de tus caricias, pero aún no dejo e sentir, por más que trato de imaginarte una vez más desnudo, solo este lápiz derrama silencios.Somos nada, mirando segundos a distancia, por más que escribo mis palabras no consiguen ni tocarte el cuerpo.…Me preguntó; Podrás recordar mi nombre? Todas las noches, los días que tus manos toquen otro cuerpo.Estuve toda la noche mirando a la ventana mientras llovía, pase lucubrando, quizás en e4sos momentos que nunca fueron míos, caían la lluvia y yo trato de inventar una nueva novela de suspenso, o tal vez una de esas que me han llenado de elogios vanos y hasta paganos, pero por más que mi lápiz traza palabras solo tengo una incógnita; tu nombre sonaba melódico? Mientras me extasiabas de espasmos orgásmicos. Solo una palabra me toca el alma, solo una de esas que congelan las células y esos segundos beneplácitos me impregnan por instantes en la piel, marcado unos besos distraídos lejanos de otra boca.Aún no consigo escribir un cuento de terror, pero solo tengo este en la memoria, frágil, inocente de dadivas sinceras. Se me acaba la tinta del lápiz y el sueño no acaba de quitarme las palabras marcadas en el aire.
Me llamo la editora y espera mi próximo trabajo, pero estas lagunas y esta incapacidad de mis piernas ya no me permiten n salir de casa, creo que tengo más lágrimas que palabras.Me voy que donde inválido, mis piernas se paralizan con cada paso inseguro, el kinesiólogo dice que solo me quedan un para de meses hasta quedar paralítica. Se me cortaron los sueños, hasta la vida, mi cuerpo no responde a mí misma, pareciese que fuese tuyo más que mío. Porque permanece en ausencia a tu lado estéril y seguro que al mío sollozando mis historias perdidas por este accidente.Ah ah mmm, suspiros y palabras vienen a mi mente en estas sesiones infernales de kinesiterapia; mi cabeza no se detiene de pensar… Para quien serán ahora tus besos,¿Abran sido de verdad míos o solo fue un segundo de beneplácito vernaculazo de piernas y miembros mezclados solo por vencía artística?--Me duelen las piernas, se ofuscan al paso del aire con tantas palabras, sonidos mezclados en el cerebro, son tantas las preguntas que le hago a la vida…Una enfermedad que no me pertenece, una vida partida a la mitad y unas historias que se alejan de mis manos, como si fueran robados por ladrones invisibles imperceptibles al ojo humano.

--Por décima vez el timbre de casa, sonó era mi editora, tenía entre mis manos una novela de espías, con Franchesca Martini como protagonista, la de siempre la dueña de una serie de acción titulada Debajo de la tierra, era una trama de una batalla llena de misticidad ancestral, una estereotipada batalla entre el bien y el mal, una especie de pacto secreto con el demonio más elocuente de la historia de la humanidad. Franchesca es una espía un poco intrafantasmal, gótica y extrema en subterfugios adyacentes, una misionera de la invisibilidad, una de esas súper heroínas, no muy sensuales, pero que dice todo con una sola mirada, una personalidad penetrante, capacidad para el riesgo extrema de la magia que no sé ve, ni se siente en la normalidad. A la editora; Mercedes Morales, le encanto esta historia, pensó que podríamos lanzarla como formato educativo, para niños discapacitados, con esto alargas las esperanzas del ensueño y la lucha propia a pesar de la discriminación. Imponente y versátil, encantadora, como Franchesca, si pudiera seguir caminando, pero al menos me queda el sueño y las imágenes creativas para creer que algún seré más que mis personajes de novela.Preparo con ansia mi stop de personajes para esta saga que empieza escribirse junto a mi nueva vida. Mi nombre se aparece en la ventana de mi vida, como un grito de silencios perdidos; Brisa del Cielo, me lo puso mi madre, ella también era escritora se dedicaba a la poesía erótica, me dijo que era por dos razones; Brisa por el aire, por la brisa que pasa por su rostro y le inspira las palabras y Cielo por los ojos de mi bisabuela, azules, profundos, penetrantes y firmes, quizás solo eso, me dijo a veces; la inspiración de la belleza artística de las palabras de mi madre. De repente la memoria la ataca una esquizofrenia virtual, de momentos de ultratumba, para otra memoria sumergida en mis labios, una especie de emocionalidad territorial, como una locura de esas que ciega el alma con momentos de trágicas soñalociones.

Me pregunte toda la noche sí, Francesca se volvería loca de tanto matar demonios, con esa espada de doble filo que le dio el profesor Barría cuando le entrenaba el cerebro para atacar la memoria.Qué será de esta nueva amiga que nació del insomnio y de llantos, mientras recorro un cuerpo de hombre …Qué será si mientras recorro el hospital entrenado mis piernas para soñar, juego infantilmente a ser otra mujer, como ella, una de esas que no pasa invisible, mientras camina y la gente la atropella. Camino por el andamio, repitiéndole a mi cerebro, como esas terapias de lingüística programada que volveré a caminar algún día, me repito hasta el cansancio con frases estériles y permanentes que puedo ganarme la vida caminando sola. Quiero ganarme la vida como ella y vivir como ella; no solo es mi personaje es parte de mi vida futura, es parte de la piel que s eme descascara, cuando miro mi cuerpo frágil estancado en esta nada, en este andamio, dándome pena hasta lo que he vívido y lo que no he vivido.Al frente de este carrusel; hay un espejo me observo la figura detenidamente mis ojos cansados y casi idos de la realidad, ven otra mujer, a una que construyo en mi propio cuerpo, detengo mis piernas, analizo la perspectiva circunvilumbica de la cadera creyendo que una operación más no servirá para volver a caminar. Mi editora y mis amigos a distancia me envían esperanzas y fe, no estoy muy segura se eso bastara para volver a creer en Dios. Renecesito sentir la vida penetrando mi alma, la energía que será el foco interno de esta omnisciente perplejidad, con una vida y unos versos rotos a la mitad de esencias perdidas, por la soledad perpetua de mi encierro predilecto.La angustia me parte el pecho, una nueva sesión de kinesiólogo y la desesperanza penetre en la razón, renecesito, regocijadamente movilizar mis piernas, me desespero colapso, cada vez que caigo al piso y no puedo levantarme; grito entonces; para que nadie me ayude.--¡Puedo levantarme sola! ¡Puedo sola! Las lágrimas se me caen por los ojos, la rabia, la impotencia de sentirme obsoleta, ilusa, insulsa, insegura, in in capacitada;El kinesiólogo intenta pararme, pero, mis gritos se oyen como ventoleras en el hospital; ¡puedo pararme sola! ¡soy capaz! La impotencia imprecaría desborda mi mirada invalida hasta para mí misma. Me detienen los gritos, los sollozos, pero la garganta se atosiga la desesperanza nauseabunda de desaparecer gateando por sentir vergüenza por mi misma, por mis piernas muertas. Vuelvo a gritar desconsoladamente, agónica, furiosa--¡puedo sola! ¡puedo sola!Las palabras se van haciendo silenciosas y declinan con el murmullo de un alma herida… ¡ppppuedo sollllaaa levantarme!! Fue el kinesiólogo que acallo sus gritos con la anestesia que la hizo dormir. Soñé con niños ¡Maite y Vicente!, dos gemelos, que aparecieron en una calle desierta llena de voces extraterrestres, me acorde de las voces de Pedro Páramo, como de ultratumba; miraban con ojos hechiceros destilaban magia extraña que llena de paz espiritual. Me quede en casa sola como siempre, sin visitas, sin llamadas, desperté con ansias de soñar de soñar, de ilusionarme con esa mujer que le escribo la vida, de creer que voy a despertar en un mundo distinto donde no finja ser distinta. Mire de reojo mis apuntes escritos con los sorbos de cada gota de café, la soledad más que perpetua se hacia triste y húmeda; no puedo evitarlo susurre mis palabras a las paredes como si fuesen mis amigos, como si fuesen un abrigo a esta inconstancia de las instancias lenticulares del corazón partido. Quede con el gusto a tus sienes en medio de la garganta, me acorde como fotografía momentos desperdiciados, tenía la ironía entre las manos y una esquíval mirada penetrante.Se vino a mi lengua el recuerdo de unos labios esponjosos y suaves con delicadeza y tenue temple, una boca perfecta de hallazgos gloriosos de semiótica binaria combinada con sexo y orgasmos profundos y variados l nacimiento cúbico de nuestros cuerpos aislados en pleno aire libre de la ciudad rural.Recordé esa imagen por varios segundos, la mantuve en la visión, la delicia de observar tu cuerpo desnudo junto mío, en plena gloria, dos cuerpos pintados y dos cuerpos pintados y adornados con poesía erótica, mire tu cuerpo tantas noches, pero aún no sé sí fue completamente mío, escribí tantas palabras ergotizantes sobre tu estructura, no solo con mi lengua, sino con mi piel, mis pechos quedaron marcados redondeados de vida, pero de esa vida extraña que viene más allá de los besos y las caricias, del arraigo del momento de mi cuerpo paroxismito desinvilumbico del movimiento de mi cuerpo sobre el tuyo, ni siquiera tu semen me detuvo, para lamer los momentos de estos cuerpos a la intemperie del campo, casi a la vista de todos. Cuando volvía ir al kinesiólogo estaba vacía la estancia, se demoraron casi una hora antes de atenderme, en el pabellón de enfrente a este sector, llegó una señora anciana le había dado un pre-infarto, tenía como 60 años, la mire en la camilla, organizaba, sus manos indicaban algo o alguien, entre inconciencia gritaba el nombre de su marido muerto, ¡Nestor!, decía que venia a buscarla para llevarla a un lugar donde el cielo se une con el mar, una especie de mundo maravillosos eterno, donde hasta podían volar. Susurraba palabras extrañas, inteligibles hasta para el medico de turno. --Volví a caerme, aún no puedo pararme sola, volvieron los gritos, los reglamos, y hasta las suplicas de desaparecer de este mundo; no sé cuantos veces esta agonía viene a emancipar mis vértebras allanadoras de escombros, ni los gritos ni loas lágrimas a arrancan esta desazón de mi cerebro.Y su nombre, su nombre se pronuncia en silencio (Benjamín) no me dio impulso, pero me basto para arrancarme las lágrimas impregnadas como gotas de cristales en el rostro.Me siento como un energúmeno delirante, desorbitado de circumbilumbicos anoréxico de sentimientos y de lid ganadas con una sola mano.Me miro a ese espejo, me veo acabada, cansada estresada, quisiera impregnarme como una fotografía a ese espejo, o quizás a un mueble como adorno.Antes que finiquitara la sesión de hoy llegó Mercedes ; era alta una mujer seria, enjuta, rubia con ojos azules, se parecía a mi bisabuela, pero más joven de vez en cuando parecía agria y dura, pero en cuando su terquedad se debía a la perfección de su palabras y de sus movimientos seguros en expresión corporal.Vino a invitarme a una comida con unos publicistas que trabajaron la propaganda de mi nuevo libro, pero me apeno o de mí misma; solo espero que no discriminen mi figura.La idea de Debajo de la tierra fue trabajada con rigurosidad, los publicistas, en cuanto a intención argumentativa denotativa en imágenes y colores. Me plantearon varios bosquejos, Isla, una pintora profesional y diseñadora grafica a nivel internacional, se encargo de exponer cada uno de estas propuestas.Estaba algo cansada, observe, mire detalladamente cada pincelada de los dibujos; eran como espejismos de una nebulosa adyacente a las encrucijadas bellas en colores marrones y oscuros, como la protagonistas. Me distancie de sus palabras solo detuve mis ojos en loas múltiples propuestas… negro, prefería un vestuario negro, con pelo corto partido, con tacones y una mirada fría y distante quería que se reflejara parte de un argumento en su mirada y ninguna de esas propuestas sobresalían a mi imaginación. Terminó la comida, di un par de ideas y casi como un relámpago mis ojos volvieron a detenerse en un hombre era alga más viajo, pero su rostro era el mismo, me paralizo los segundos los instantes hasta la misma vida, en un solo minuto robado a la distancia mi cuerpo extasiado de espasmo lejanos resucito, Benjamín, entre medio de la gente vi. Su semblante algo atravesado en el brazo de una mujer, me sentí cuartada me escape en mi silla de ruedas.Me nacieron todas es palabras que tengo atragantadas en la garganta, hace años. En medio de la razón fugaz llevo impregnado tu olor y recuerdo cada palabra que susurre a tu oído, mientras aquellas manos sutiles se deslizan por mis muslos fríos, caían silenciosas cercanas, ardientes en tu oído, cada uso fonético de mis palabras, mientras tu miembro erecto rebuscaba mis orillas placenteras, resonaban entonces mis suspiros, jactanciosos mezclados con orgasmos múltiples en u solo movimiento circular.Nacieron del alma versos de aquellos que alguna vez as mi madre la hicieron famosa, estallaron no solo orgasmos sino delicadamente frenesís, vehemencia perpetua. Trabaje toda la noche en un batallón, quería imaginarme una guerra en busca de un tesoro arqueológico, dirigida por Franchesca, pero sin ella, se le había secado el corazón, como el mío, su tez blanca casi pálida, permanece intacta en mi mente mientras trabajo cada detalle de su vida; su imagen de las perspectivas, estuve presa 8 años en el desierto del Sahara, fue esclava sexual, tuvo que trabajar por comida, como bailarina erótica, la apresaron en su última misión a Jerusalén, en búsqueda de la antigua Biblia en papiro, una reliquia arquitectónica, ella tenia poderes mentales, se podía hacer invisible y bajar hasta los lugares insólitos que estaban centrados más allá de la razón humana, pero se había dividido y aún no encontraba el cetro que la hacia reintegrase. No puedo trazar palabras sin recordar tu nombre, miro los dibujos y ruego que vuelvas a pintarme, no solo en la piel, sino en esos recónditos lugares de mi mundo imaginarios.

Mi lápiz se jacta de insolencia con cada historia pasada, tenía como cinco o cuatro años, cuando mi madre me enseño ha escribir, juego a la estimulación temprana, me leía libros de niños que ella misma escribía, era si más no recuerdo para programar mi cerebro a la imaginación y el ensueños, me enseño las letras jugando hacer teatro y a practicar la psicomotricidad, según ella para evitar posibles bajas de autoestima y estimular el amor propio. Me encantaba mirarla mientras leía baja el árbol de palta, en su escritorio de piedra. Era chistoso creer que era magia, especie de diosa inca, era histórica de vez cuando se creía personajes extraños, jugábamos a ser teatro por el jardín de nuestra casa, mi padre era un tipo aserio, o quizás aparentaba serlo, nos miraba a la distancia con una sonrisa extraña, nunca puede identificar se divertía o se aburría, hasta quizás pensé; que fingía el desinterés por nuestras locuras y en silencio se reía. Los recuerdos vienen como vomito entre medio de mis recuerdos, es otro di a de terapia y mis piernas aún no responden, quisiera a veces detener la vida, tratar de evitar ese accidente que me dejo muerta. Intento pararme sola, pero mis gritos se callaron de mí boca, se hacen silencio mis palabras y el grito se callan de palpable para mis pierna inmóviles, los golpes de cada caída debilitan mi estructura, casi no me muevo, la pena, la rabia, la frustración, no me deja ni siquiera, tengo granas de levantarme … Quedó mi historia entrelazada hasta la mitad. ¡Necesito y renecesito, un nuevo corazón! Me grito y reclamo a mi propio silencio, cada vez que estas lágrimas me hacen caer a la nada. Tengo en la punta de mi lengua la palabra sexualidad, murmureA los instantes robadosUna gota de dádiva y de verdad. Tengo mi cuerpo sollozado, hace años que ni siquiera me acuerdo como besar, pareciese que hasta la lengua la tengo ofuscada, son años que solo paso acariciando momentos partidos momentos que ahora no son míos. Deseo tu cuerpo, retenerlo por un segundo, me lo imagino junto al mío, intacto frenético extasiado, recorriendo de apoco cada una de tus regiones impregnadas de aroma pura y ardiente, acariciando tu piel con el roce de mis labios húmedos delirantes y desorbitados.Recuerdo tus palabras, me surjo con ellas a un abismo placentero de sensaciones, dibujo con mi lápiz cada trozo de tu cuerpo sobre el mío entonces, se repite al oído suavemente tu voz tibia; “con mis manos acaricio tus pechos, mientras que recorro tu semblante estéril, con la punta de mi lengua acaricio tus labios húmedos y tiernos, mientras cae la noche y yo te desnudo”. Mi voz se hace lejana, necesitando la tuya nuevamente en mi oído. Casi sin forma aparece como tantas fantasmagorías unos ojos lejanos, parecidos a los tuyos me quede inerte, en mi silla de ruedas observando a la nada, esa figura que de a poco fue tomo forma, mi cuerpo quedo paralizada fue como una alucinación necesaria para creer que podía volver a miarte a la distancia.

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