domingo, 26 de julio de 2009

CONTINUACION CERCA DE MI PIEL.

Y siento los respiros con las piernas atadas, atascadas, contenidas, rebusco como ciega una gañido de mariposa desnuda en este tiempo sin abismo, gimoteó mis palabras mientras contengo tú aliento, abigarrado, como suspiros demolidos en mis espacios sin piernas, sin penes. Tengo ojos enchasqueados y siento mis respiros como cábalas de muertos agónicos que derriten en mi oído su inocencia de formas impertérritas de asiento dentro de este esqueleto sin tinta, mientras me estanco los sueños en mujeres que relatan historias por mi boca. Es entonces que asesino mi lengua como mariposa fragelada en luciérnagas de espectros. Contemplo con ojos de mujeres engorrosas a mis animas inventadas en este asiento, desolado en búsqueda de personajes que se escapan de mi cuerpo....
Ya no corrompo las fantasmagorías sin piernas, veo a mujeres disfrazadas de hombres, de inermes formas, mientras intento pararme como transaunta de esta historia que escribo, pero son tantos los años encarcelada en este abismos, que remonto mis escenarios en espejismos defraguantes de mujeres que construyo con aletas de pescados sin formas, con piernas, con brazos, pero aún me persiguen mis anhelos y ya no hay piernas, respiro solo por creer que aun permanezco con vida, mientras esta silla me gimotea como asesina. Respiro cerca de tu boca, creyendo un parlamento que desde niña escribí.

Capítulo des-fragmentado


Implemento tu ironía como si fuera una pobre esencia de mujer, eyaculo con ella la boca de tu cuerpo muerto.
Ya son años en que tu rostro me vicia de aire que de una piel sin cuerpo con piedras en el alma las hojarascas de una piel rebana tetonita los escombros ceniceros de mi ventana sin aire,
Soy un simple vicio de tu palabra, enloquezco como ramera vientos acomodados en mi planicie, oculto bajo tus ojos, mientras mis pechos erectos clamorean ocitocinas desvanecidas sin nombres de penes sin hombre.
Me derrito bajo tu tinta con piernas abiertas, de mujeres sin ojos, sin rostro y sin pernas de tacones, me derrito gimiendo los ecos d este garlito imaginario de labios estancados para mis nombres.
Busco-rebusco-relamo-reinvento vaginas de ojos inciertos, vituperereados en añosas ironías de pieles de huesos, huesitos, huesilotes de seres sin palabra.
Valido tu cuerpo desnudo sin piernas de instinto sin persona, relato mis orgasmos imaginarios con andamios de ojos de perfidia.
Camino contigo siendo esa impertinencia vilipendiada en cuerpos de fantasmas de doblados, mientras tu boca me rehuye de mi inocencia, en labios de mujeres dibujadas en servilletas. Ya no hay ojos azules, ni verdes, ni olivas, solo quedan manos vacías estrechas con piel sin color de símbolos lingüísticos sin fonética.
Recuerdo, intentando como si fuera un pobre gusano observar piernas que desplieguen de un cuerpo de mujer mío, que muere sin andamios de ecos configurados en vientres descompuestos en líneas sin escritura.
Y escucho como si fuera ciega en tu esencia partida en circumbilumbicas oscilaciones de verborreas tiernas, que jamás respiro, escucho mi pobre boca sin sonido, sin gimoteo de tacones colapsados, abruptados y satinados.
Rencuentro, sin querer en siminaciones de hombres desnudos, pero sin uñas de labios de personas.
Rencuentro entre rosas muertas escénicas muertas de seres inventados, confundo entonces verdades impertérritas conyunturantes y obsoletas, mientras inmóvil grito sin sonido desconfiguraciones episódicas de mundos fraccionarios cerca de lo que no sé pronunciar.
Establezco como anonadadas firmoteos vituperiados en mis recuerdos aniquilados por el tiempo esclavizado, como parlanchín dadivoso de sátiras haraposas de un cerebro aglutinante de espasmos sensoriales de mujeres caminantes en rocas de ríos revueltos sin cuerpos de sangres de nariz palmoteada por ti.
Quisiera soñar y vuelo sin saber que mi palabra me contiene el cuerpo destruido, como una vagabunda sin harapos de palabras sin sonido.

Y te respiro mientras mis instantes fragelan tu cuerpo desnudo, acariciando la intemperie de tu boca con los dedos hilvanándoos en puntas de penes rectos que se lamen en las piernas que gimotean por vehemencia, rebusco esa esencia que sin ser de mi pertenecía presto los segundos de acariciar con mi lengua tus labios profundos, con yemas sutiles de fragancias aterciopeladas de tu desnudes en mis vaivenes de mujer.
Reitero estas palabras mientras de la nada me ataca como fantasma la desquicia solitaria de tu cuerpo en mi ventana, eres hombre sin precariedades fugitivas, pero invictas en mi cama, entre sabanas desoladas remojo tu espasmo como si mi locura llegase hacia tu cuerpo en otros hombros. Relamo entonces el recuerdo de retenerte en mis brazos como negrusco, grandote, y efímero de pasajes en la insolencia de tu boca descascarada en mi piel degollada por manos atadas en otras mamas. Relamo y reconstruyo tu inocencia como si fuera un parámetro de dibujo acariciado en paredes marchitas sin tu oído resonante de mis palabras cercanas y furtivas de excitaciones involuntarias en tu egolatría de hombre mártir de conyunturas ancestrales en piernas desquiciadas por mujeres obsoletas de formas de feminismo medieval. Y espero como estrafalaria debajo de los árboles taxis de tu abismos como añoranza del tiempo que se desgaste en esta piel desvastada en caricias de tiempos muertos, y espero como si la canción se reiterar para mi oído de lágrimas bajo el sol, estrellado en lunas que giran para verte crecer frente a tu hijo. Y la melodía de mi invisibilidad es más que el silencio nocturno de tus destrezas figurativas, es la esperanza del retorno de aventuras plagiadas en lápiz de tinta sin plomo.

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