viernes, 20 de febrero de 2009

Continuación cerca de mi piel

Capítulo 15.

La balada de la mujer sola.


Supuestos –presupuestos, opuestos, extraigo y converjo la memoria de momias sobre la piel, me electrizo con espasmos amoretonados de rodillas, reintegro investigaciones arquetipos de narratorias onomatopeyas en el vientre de mujeres, de hombres, converjo en danzas como película que no se detiene y aún mi memoria dibuja sueños parablisticos en escenarios giratorios, me vuelvo absurda en líneas, ideas y argumentaciones, solo esa música me ensordece el alma y el cuerpo en movimientos amatorios narratorios, utópico , decaigo hasta en las palabras y solo mi cuerpo se abstrae en decadencias donde tu nombre resuena sin pronunciarse.

Me encierro, me desnudo, me observo y me contengo acorta en días, en milésimas de segundos que inspiraron movimientos adyacentes que giran en este escenario de mis respiros que encierran la esencia femenil e integran de un muerta que revive.

Reintegro-grito, respiro cada palabra que compongo en mi cerebro con dibujos que diseñan historias de marionetas, de animales, de muertos, de hombres y mujeres, sin ese aliento los convierte en maquinas sin cuerpo.

Recupero desde mi agonía la palabra de mi boca que no se pronuncia sin lenguas ajenas, rebusca los instintos y las frases, ya escritos en mi cerebro, las observo como victima alternada que trasciende en esta superficie de escombros, me detengo a danzar sin respirar los pasos que caminan y desangro y sin manos que toquen los pezones mientras detengo mi tiempo para un tú que no existe.

Parezco fotografía y me desdoblo para observar mi ser frágil en ritmo que generan cantos de silabas que agudizan los susurros que me digo al oído mientras oscurece, se distancia el tiempo desde el suelo gira lentamente su cuerpo, ama como si fuera hombre a la sombra que refleja su propia esencia y resuenan sus pasos en las cadenas que marchitan a ese espasmo que sin tinta trascriben con psicomotricidad historias de vehemencia orgásmica.

Solo guardo silencio y escucho como enloquecida tu abismo entre mis piernas y mi sexo rebosante exagera el vituperio sin lenguas.

Murmullo como enceguecida de ideas que se escriben como imágenes interpuestas sin música, pero con sonido de eyaculaciones.

--“una mujer sola en medio de una pista, vestida de traje negro, abierta la chaqueta mostrando las mamas, una mujer que se revuelca con palabras que gritan interrupción acentuando sus mamas con un movimiento donde insinúa el grosor de estas.
Es una masacré de cuerpos, sin sexo casi desnudos que giran cercanos en bocas, pechos, piernas, son inconversas las luces que se adiestran en el delirio del aislamiento dispar, se mezclan las esencias con una mujer que gime en medio de un silencio oscuro gritando interrupción, son miles los cuerpos pintados sin rostro que se acercan y se consumen praxis carcomìentes de juegos corporales que se acoplan los sexos en palabras eróticas de una mujer solitaria.”





Y me acoplo a mi sombra gimiendo tu boca sin cuerpos he interrumpe mi esencia de caballera andante analizando mi boca que pronuncia choques menstruales de mujeres estoicas tiránicas, inermes, indermes, indomisibles, conyunturantes que gimen con orificios vaginales que desconocen.

Susurro como enloquecida versos que se desconocen en mi piel.

Respiro, respiro tranquilizando mi organismo de este avasallaje abrupto de palabras reiteradas que gimotearon con vuelos de vehemencia sin detenerse sin aliento.

Respiro cada vez más lento, sin música, sin movimiento y en mi suelo que responden a mi esqueleto a sentir acoplado el cuerpo a un abismo que se analiza.

Respiro y tu boca invade mis espacios y mis huesos se jactan de un orgasmo soñoliento y mágico.

Y es tu aroma la que invade mis espacios con lecturas semi acopladas en ritmo hiperfericos rozantes de eventos corporales en un solo cuerpo, busco instantes en mi cuerpo, busco entonces instantes que eyaculan sístoles que redondeo de vida.

Y mi cuerpo decaído busca tus muslos desnudos acariciando el aire. Mi boca, mi lengua, mis piernas, recorren con beneplácita inocencia tu figura, recuerdo analizo y siento un tango de piernas en camas y espacios imaginarios, ni tu nombre resuena distinto.

-- Decaigo y caigo entre tus historias como un esclavo de tu cuerpo de tu argumento y de esa tinta que te paraliza la vida en un mundo imaginario.

“Una mujer caminando de noche, cemento mojado se observan sus tacones y una leve melodía fonética acompaña su caminar, con voz semi españolada, susurra al viento palabras de amor.



Sobrepasaba cada instante que recorría la piel con locuras eléctricas, chocaba sus orgasmos con memorables golpes al suelo mientras giraba con las caderas a ritmos filantrópicos con lagrimales que recorrían un andar sordo en medio de noches lluviosas, era extraño para mi presencia observar sus tacones danzar en veredas de aguaceras. Solía caminar descalza luego de gritar palabras desoladas al viento, su figura opaca y casi desnuda avasallaba mi presencia de hombres viril sin orgasmos, para fantasear de amores lejanos redactados a voces, a gritos a un viento que decae la fragilidad de una mujer que reclama esencias al tiempo que le roba sin lenguas y sin piernas.


Susurro palabras a un viento que desfragua la inconsistencia de sus pasos, soy un invento bipolar de un lápiz que no redacta, que no extrapola su tinta al aire, creyéndose un hombre que observa caminar.


Como si fuera un árbol que reitera en un camino borroso mientras sus tacones se arrastran por un suelo que no toca.

Canto alaridos y susurros a una nada que transforma mi ignorancia en teatro caminante mal expuesto, mientras los sones de la ira contemplan una oscuridad resonante de orgasmos decaídos bajo manos ciegas.

Recorro tu cuerpo inerte con dedos sedientos de tu desnudes, recorro con mi lengua pasos corpulentos acentos viriles apaciguados en rectitudes filantrópicas de piernas lluviosas, analizo y rastreo ungüentos de saliva que crujen en oídos muertos de ocitocinas.

Tu silueta viril y desnuda retienen mi tiempo en fragmentos que idealizo mientras mi piel suspira el aliento de tu miembro erecto. Caminito en vericuetos obsoletos de sinónimos coherentes, grito y gimo como los nombres de hombres que jamás me besaron, pero es tu cuerpo que reclamo en pieles desconocidas en fragmentos de alientos y besos atacados en la memoria sin sabor.

Desnudo tu instinto con caricias desmolidas en silabas que carcomen las entrañas de mujer y grito enloquecida tu nombre sin fonemas ni lexemas que se redacten sin tinta y resueno tu cuerpo en el mió mientras camino chirriando lluvias de otros abismos y busco tus labios a la intemperie de inocencias que no razonan mi canto silábico en paso de tacones que desmenguan vidas sin ojos.

Y contraigo mi silueta sin verbalizad observo tu esencia inmortal soñando con un tiempo sin sonido, sin paz.

Acaricio al viento como si tu rostro se plasmara en esa brisa y tu palabra susurrara en mi oído erotizado que existe en mi boca sin besos.

Camino descalza, camina ciega atosigada, desnuda, mientras la lluvia compone firmamentos escuetos de aires que aún no se respiran y prosiguen cantos insolentes, ominosos para nombres y piernas de quien aun no reconozco.








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